Como un síndrome de Stendhal moderno, hemos vuelto con un deleite exótico, renovador y revuelto, porque si algo impresiona del gigante asiático, es su basto sentido actual de tradición y modernidad. Por ello, nuestro «Ideas Facilitator» Zheng, nos plantea, trabajar y viajar, así podremos aprender lo que es China paso a paso.
De Hong Kong, Shenzhen y Shanghai, hemos visto la china moderna, la de los skylines futuristas, la de grandes retos (principalmente sociales y ecológicos) y la de una población principalmente joven y trabajadora. De Zhengzhou, Hunan, Kaifeng y Denfeng, hemos encontrado mucha tradición e historia, que nos ayuda a entender, lo que siempre ha sido aquí la cultura y nos cuenta el porqué de la china contemporánea, esa llena de tradición y modernidad, tan basta y compleja, especialmente en este tiempo. La siguiente parada fué el templo Shaolín de Dengfeng y comprobamos que con kung-fu un solo hombre puede pelear contra muchos otros y lo importante de mostrar nuestros respetos al templo y una buena sensación de agradecimiento.
Tomamos nota y emprendemos la vuelta a Shenzhen, pasamos por Zuhai, Hengqin donde respiramos la brisa del mar y vimos lo proyectos de futuro que por aquí se construyen. Ahora sólo tenemos que entregar el proyecto y pasar lo últimos días antes de volver, esto ha sido una gran experiencia.
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